Con los primeros colores otoñales en el Paseo de la Isla, tarareamos a Vivaldi y miramos hacia arriba por si acaso. Soñamos con la danza campesina interrumpida por las eses del violín borracho.
Ya ve, Sor Austringiliana, lo que valía un cura pelirrojo que hizo universal su otoño.
María Ángeles Merino
https://www.youtube.com/watch?v=U8v12M2mRVM
¡Que el otoño nos abrace!
ResponderEliminarAsí sea, Pedro.
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