Esta mañana la cigüeña vigilaba a su cigoñino, en las ruinas de un convento que, dicen, conoció a Francisco de Asís. La hermana cigüeña en su nido, sin duda disfrutaba del sol y de la mañana fría y azul. A ver si el pequeño se decide y echa a volar. Espero que esos extraños seres de ahí abajo se olviden de mí. Parece que miran. Cuidado.
Otro rinconcito para María Ángeles Merino, en diálogo con su Sor Austringiliana.
domingo, 13 de marzo de 2022
sábado, 12 de marzo de 2022
Cuatro jinetes negros. No a la guerra.
Pintura y palabras de Agustín Merino
sus pasos ya aquietados
entre sollozos de angustia grita su maldición al cielo
De donde vomitaron todo su fuego
Desolacion
ha perdido la alegría
Toda su razón de ser ya está negada sobre sus brazos
Su mirar solo la envuelve el silencio y la nada
ya no queda nada, ni el recuerdo de las nanas que poblaron sus labios
No habrá futuro ni navidades, ni reyes ni fiestas de cumpleaños
sola entre sus manos,
alza su cabeza
Solo es es un grito
El olor a humo y muerte dibujan el aire
Las ruinas que fueron hogar hoy camino
De cuatro jinetes negros