Sor Austringiliana, que irreverente esta su reverencia. Haciendo fotos en el santo recinto para luego propagarlas por aqui. ¿ No ve vuestra reverencia en el roseton una gran luz? Tenga cuidado es el ojo de Dios que la esta vigilando.
Y ademas de fotografiar la tumba de Don Pero Fernandez de Villegas, su reverencia no esta en sus cabales. Los condestables de Castilla tambien. Dejelos, dejelos tranquilos. ¡Por Dios, Por Dios.
¡Ay Jesus, Jose y Maria que creo que vuestra reverencia se me pierde por hacer caso a esta era tan llena de caniculos.
Sor Austringiliana no es irreverente, pidió permiso y´se lo dieron, siempre que no usara algo diabólico que se llama flash.
Lo de la luz del rosetón, puede ser lo que su caridad dice, Dios vigila...pero ve con buenos ojos a Sor Austringilaina y su alma gemela, que tanto monta. Al arcediano le gusta lucir su tumba. Ya en vida tenía preparado su pétreo y abigarrado sepulcro, diseñado por el mejor de todos: Simón de Colonia, el cantero de moda.
Los condestables también eran muy coquetos con su morada final. menuda era doña Mencia, se compró un terrenito e hizo una catedral adosada a la catedral. Le hubiera encantado verse en lso canalículos, a ella, a su marido y a su perro.
Sor Austringiliana, que irreverente esta su reverencia. Haciendo fotos en el santo recinto para luego propagarlas por aqui. ¿ No ve vuestra reverencia en el roseton una gran luz? Tenga cuidado es el ojo de Dios que la esta vigilando.
ResponderEliminarY ademas de fotografiar la tumba de Don Pero Fernandez de Villegas, su reverencia no esta en sus cabales. Los condestables de Castilla tambien. Dejelos, dejelos tranquilos. ¡Por Dios, Por Dios.
¡Ay Jesus, Jose y Maria que creo que vuestra reverencia se me pierde por hacer caso a esta era tan llena de caniculos.
Inclinacion de cabeza
Sor Pardilla muy escandalizada
Sor Pardilla
ResponderEliminarSor Austringiliana no es irreverente, pidió permiso y´se lo dieron, siempre que no usara algo diabólico que se llama flash.
Lo de la luz del rosetón, puede ser lo que su caridad dice, Dios vigila...pero ve con buenos ojos a Sor Austringilaina y su alma gemela, que tanto monta.
Al arcediano le gusta lucir su tumba. Ya en vida tenía preparado su pétreo y abigarrado sepulcro, diseñado por el mejor de todos: Simón de Colonia, el cantero de moda.
Los condestables también eran muy coquetos con su morada final. menuda era doña Mencia, se compró un terrenito e hizo una catedral adosada a la catedral. Le hubiera encantado verse en lso canalículos, a ella, a su marido y a su perro.
Inclinación de cabeza
Sor Austringiliana y su alma gemela