Mi reverenda Sor Austringiliana, que paseitos se da vuesta reverencia por esos Palacios de Benaver y la Sor Pardilla sin enterarse que la estaban llamando desde el cipres del cementerio. ¡Que cosas ocurren en este siglo XXI! El Altisimo ha querido que se encuentren por estos y otros caminos que van y vienen y se llenan de primaveras.¿Habran nacido ya los pirigallos? Tengo muchas ganas de verlos.
Aquí estoy , en el ciprés, asustada de ese siglo XXI. Ése siglo suyo ,visto desde el XII, es la locura. Por eso, yo velo por mi alma gemela; aunque parezca que yo compliqué su vida. Ahora se va dando cuenta,yo la quiero bien. Viene de vez en cuando a verme, como ayer 25 de abril. Aprovecha para pasear, leer, escribir y tomar el sol. Esto último no lo comprendo. A las mujeres del XII no nos gustaba perder la albura de la tez. Pero como vive en un siglo loco... ¡Qué bonito está el campo que se ve más allá de mi tapia! Desde aquí, oigo el canto de los pájaros, el arrullo de las palomas, el canto del río Ruyales, los árboles en flor... Inclino la cabeza yo también y quede con Dios su caridad.
Mi reverenda Sor Austringiliana, que paseitos se da vuesta reverencia por esos Palacios de Benaver y la Sor Pardilla sin enterarse que la estaban llamando desde el cipres del cementerio. ¡Que cosas ocurren en este siglo XXI! El Altisimo ha querido que se encuentren por estos y otros caminos que van y vienen y se llenan de primaveras.¿Habran nacido ya los pirigallos? Tengo muchas ganas de verlos.
ResponderEliminarInclinacion de cabeza para vuestra reverencia.
Sor Pardilla
Mi reverenda Sor Pardilla:
ResponderEliminarAquí estoy , en el ciprés, asustada de ese siglo XXI. Ése siglo suyo ,visto desde el XII, es la locura. Por eso, yo velo por mi alma gemela; aunque parezca que yo compliqué su vida. Ahora se va dando cuenta,yo la quiero bien.
Viene de vez en cuando a verme, como ayer 25 de abril. Aprovecha para pasear, leer, escribir y tomar el sol. Esto último no lo comprendo. A las mujeres del XII no nos gustaba perder la albura de la tez. Pero como vive en un siglo loco...
¡Qué bonito está el campo que se ve más allá de mi tapia! Desde aquí, oigo el canto de los pájaros, el arrullo de las palomas, el canto del río Ruyales, los árboles en flor...
Inclino la cabeza yo también y quede con Dios su caridad.
El comentario anterior es de Sor Austringiliana, por eso el icono debe ser el de la monja, no el de la pizarra con abeja.
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